martes, 22 de julio de 2014

EL PULPO DEL MUELLE YANKI


 
EL PULPO DEL MUELLE YANKI

Del Libro “La Cultura popular del Litoral del Desierto”  (Domingo Gómez Parra)


             Hace muchos años en uno de los tantos muelles que existían en Taltal, durante su época de oro, en el auge del salitre, uno de ellos fue testigo de un accidente que costó la vida a un ingeniero norteamericano. Desde ese entonces, dicho lugar de trabajo es conocido como el Muelle Yanki.

             En sus proximidades funcionaba el matadero local, que no sólo abastecía al puerto, sino también a las oficinas salitreras y a las pequeñas estaciones ferroviarias hasta donde los pirquineros arrastraban sus piedras y rocas con sus entrañas de cobre, plata y oro.

             El muelle Yanki veía enrojecer constantemente sus aguas y es que hasta allí llegaba el desagüe del matadero, arrastrando sangre, cachos, trozos de vísceras, pedazos de cabeza y todo aquello que era considerado inservible.

             Con tan constante fuente de alimentación no fue problema que rápidamente aguas y roqueríos se fueran transformando en un gran e importante criadero de pulpos, los cuales muy bien abastecidos, adquirían dimensiones extraordinarias, especialmente uno de ellos, considerado algo así como el padre de todos.

             Todos los intentos realizados por los mariscadores de la orilla para cazar al pulpo-padre eran infructuosos. Ya fuera por la oscuridad del agua, la profundidad de la cueva que lo refugiaba o la extraordinaria fuerza del animal, todo se confabulaba para que el pulpo-padre no fuese cazado. Y el seguía creciendo.

             Dicen que en una oportunidad ancló en el muelle un barco que traía maderas para las oficinas salitreras, esperando llenar sus bodegas con salitre para emprender viaje al extranjero. Cuando ello ocurrió, echó a andar sus motores, sin embargo, durante un largo lapso no pudo realizar ningún movimiento. El pulpo-padre había enredado uno de sus grandes y fuertes tentáculos en la hélice de la embarcación, no sin antes arrancar un tentáculo del pulpo-padre.

             Cuentan los taltalinos más ancianos, que impresionada y alarmada la población por lo ocurrido, decidieron volar la cueva que servía de refugio al pulpo-padre. Desde el día que así lo hicieron cuentan que nunca más volvió a existir un pulpo de dichas características, desde entonces no ha vuelto a ocurrir nada extraordinario, en lo que fuera el muelle Yanki.



 

 

1 comentario:

  1. esta historia esta bien contada es muy buena es real
    a mi me gusto mucho

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