EL PASO DEL TENIENTE.
Según el informante, don Alfonso González, residente taltalino, este hecho ocurrió camino a La Puntilla, que en ese tiempo era sólo un sendero.
El protagonista de esta historia era un joven Teniente de Carabineros que en su persecución a un preso, por aquel angostísimo camino, su caballo perdió el equilibrio, desbarrancándose hacia las puntiagudas rocas del fondo, en lo que se conoce como el "Ojo del Buey", muriendo instantáneamente.
Se dice que en las noches de luna llena sale el teniente a cabalgar en su caballo por aquellos caminos o bien aparece su figura reflejada en el mar calmado.
LA LLORONA
Sobre esta leyenda existen varias versiones, pero se publicará ésta.
Se cuenta, que hace muchos años una joven fue abandonada por su novio al saber que ella se encontraba embarazada. Esta muchacha de escasos medios económicos, tuvo que trabajar para poder vivir ella y su recién nacido. Se empleó en una casa cuyos patrones no tenían hijos.
En cierta oportunidad, la joven madre enfermó, por lo que debió ser hospitalizada, quedándose sus patrones al cuidado de su bebé. Estos aprovechando la oportunidad de tener un hijo, huyeron llevándose a la guagua.
La joven supo esta noticia estando en el hospital, se hicieron las averiguaciones correspondientes y nada positivo se logró. Como consecuencia, la mujer desesperó a tal punto de perder la razón, enloqueció y se fugó del recinto hospitalario para ir en busca de su pequeño, pero al tiempo fue encontrada muerta. A raíz de este hecho se dice que aún su espíritu vaga por las calles, buscando a su hijito, llorando en una forma tan lastimosa que causa pena y miedo a la vez. Así lo afirman personas que han escuchado sus lamentos.
LA PROSTITUTA Y EL AMANTE
Esta historia tiene como protagonistas principales a una pareja de jóvenes amantes formada por una prostituta y un joven minero.
Ella era hija de un hombre adinerado de la capital, quién al saber que ésta se encontraba en Taltal y trabajando en aquellos locales la hizo buscar y la obligó a regresar a su casa. El joven minero al enterarse de esta dolorosa noticia que los separaría para siempre, optó por elegir la muerte.
Fue así que decidieron terminar con sus vidas...La última noche, estando juntos, el muchacho encendió un cartucho de dinamita que los unió para siempre en la eternidad.
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